02/07/2020

Continuaron las mesas de expositores en el tercer día del 2° Congreso Latinoamericano de Justicia Restaurativa

Por la mañana del jueves en el marco de panel “Compartiendo Miradas y Experiencias” se llevó a cabo la mesa de presentaciones bajo la consigna “Enfoque restaurativo desde los modelos de justicia indígena, comunitaria, terapéutica, transicional y transformativa”. Por la parte, hubo dos paneles que abordaron el eje: “Humanizando la Justicia Penal: Debates y aportes interdisciplinarios sobre la justicia penal”.

Este jueves se llevó a cabo la tercera jornada del 2° Congreso Latinoamericano de Justicia Restaurativa. Durante la mañana se desarrolló el segundo encuentro del panel “Compartiendo Miradas y Experiencias” bajo la consigna “Enfoque restaurativo desde los modelos de justicia indígena, comunitaria, terapéutica, transicional y transformativa”, y por la tarde tuvieron lugar dos mesas de oradores que abordaron de manera interdisciplinaria el eje conceptual convocante, “Humanizando la Justicia Penal: Debates y aportes interdisciplinarios sobre la justicia penal”

La tercera jornada del congreso, organizado por la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, junto a la Defensoría General de Lomas de Zamora, el Consejo Superior de la Judicatura de Colombia y la Defensoría del Pueblo de Colombia, comenzó con el segundo panel Compartiendo Miradas y Experiencias, que tuvo como coordinador a David Perelmuter, titular del Ministerio Público de la provincia de Buenos Aires.

El primer turno fue para integrantes del Equipo de Justicia Restaurativa de San Martín, quienes relataron su experiencia de mediación con enfoque restaurativo en delitos graves. “Somos profesionales de distintas disciplinas. Nos unía la preocupación de encontrar otra manera de abordar los conflictos en que están implicados los chicos. Veíamos que ellos transitaban todo el proceso sin hablar. La víctima no existía. Teníamos que armar algo que respondiera al Sistema de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Buscamos dar una respuesta humanizada a las necesidades de las víctimas, que solamente como testigos olvidados que aparecían en las causas”, explicó sobre su tarea Sonia Daulte. Su compañera Nora Carpanza explicó la metodología de trabajo del equipo y ejemplificó: “Hemos intervenido en todo tipo de delito. Hasta en homicidios. Y hemos podido llegar al encuentro. Aunque nuestro fin no es el encuentro, nuestro fin es el proceso a través del cual las partes pueden tomar la palabra y resignificar. Si llegamos al encuentro es fabuloso”.

Luego fue el tiempo de la Asociación Mutual Buenos Ayres, cuyas representantes expusieron sobre su labor de investigación y asistencia a abusadores sexuales condenados. “Trabajamos con condenados de abuso sexual de niñas, niños y adolescentes. Es un área controversial, pero desde nuestra ideología creemos que la revolución humana es posible. Que todas las personas pueden cambiar si se comprometen a hacerlo”, explicó María Eva Sanz, presidenta de la institución. Al relatar cómo funciona el Programa de prevención y asistencia específica a varones condenadas por abuso sexual a niñas, niños y adolescentes, Faviola Pérez, miembro del mismo, señaló: “Pretendemos generar un espacio donde se logre conocer las características de los abusadores sexuales de niñas, niños y adolescentes en Argentina”. Por su parte, Bernarda Romero, del equipo, fue la encargada de describir los objetivos específicos e indicadores para la evaluación del programa.

A continuación, Erika Natalia Melo, de la Fundación Haki – Confraternidad Carcelaria de Colombia, relató el trabajo que realicen en los penales de ese país con condenados por hechos de violencia. “Tenemos que empezar a pensar que la justicia transicional nos tiene que permitir entablar un diálogo entre seres humanos. Y no solo entre víctima y victimario, sino también entre quienes administramos justicia”, definió. La abogada señaló además: “La justicia restaurativa y sus elementos nos permiten hacer tres cosas: humanizar la pena, generar conciencia del daño y apoyar los proyectos de las víctimas y de los declarados culpables. Esto último también es humanizar al victimario”.

Por su parte, Carolina Prieto Molano, realizó una presentación contando cómo funciona y a qué se dedica la organización no gubernamental Corporación Blue Morpho de Colombia. Tras reproducir un video a modo de resumen de la labor desarrollada en el marco de la justicia restaurativa, señaló que se trata de un aprendizaje permanente: “Nosotros no hemos llegado al fin. Hemos estado caminando en el trasegar de nuestra corporación”. “Cuando conocí la justicia para adolescentes entendí que había muchas cosas que había que romper. La justicia restaurativa estaba ausente. La justicia tenía más de retributiva que de restaurativa”, contó, para luego explicar los modos de funcionamiento de la institución y realizar un repaso de los elementos de la simbología aplicados.

Por último, fue el turno de Luciana Carbajal, arquitecta egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y especialista en gestión de ciudad y territorio. “Lo que me preocupa y ocupa son los conflictos urbanos y territoriales, relacionados al derecho a la ciudad. Este fue siempre un proceso desde y hacia los conflictos. Lo restaurativo sería entonces permanente e infinito, porque la base de eso sigue funcionando igual. Tal vez no sea con los mismos protagonistas, pueden ser otros los sujetos que participan de las cadenas de violencia”, evaluó la profesional. Como conclusión, antes de pasar a la ronda de consultas, expresó: “La justicia restaurativa puede ser uno de los procesos a través de los cuales pueden empezar a tratarse estos problemas, pero tienen que ser procesos que se articulen con otros. Funcionan sí o solo sí funcionan en el marco de acciones transformativas.

Humanizando la Justicia Penal

El segundo eje temático propuesto para la jornada, “Humanizando la Justicia Penal: Debates y aportes interdisciplinarios sobre la justicia penal”, comenzó por la tarde con una primera mesa de expositores compuesta por Claudia Cesaroni, integrantes del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos; Cesar Torres, integrante Instituto de Pensamiento y Cultura de América Latina; Leonel Peña Solano, miembro del Consejo Superior de la Judicatura de Colombia, y Eugenio Raúl Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema de Justicia de la República Argentina y juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El panel fue coordinado por el presidente del Colegio de Magistrados y Funcionarios de la provincia de Buenos Aires, Alfredo Pablo Noel, y la académica, María de los Ángeles Pesado Riccardi.

El encargo de dar inicio al panel de expositores fue Claudia Cesaroni, quien indicó: “Vengo a hablar de los aspectos o cuestiones en los que hay problemas que dificultan la idea de restaurar, resolver, reparar el daño, y que miran o que buscan el solo y puro castigo”, y luego remarcó: “La promesa constitucional y legal que nuestro país les hace a las personas que decide privar de la libertad, que es encerrarlas para que luego puedan reinsertarse a la sociedad, es una promesa que ha sido dinamitada”.

Tras hacer un repaso de distintas “masacres” que sucedieron en las cárceles argentinas, reflexionó: “La manera de evitar masacres es escuchar los reclamos de las personas privadas de la libertad y respetar ese lugar de sujetos políticos que tienen con derecho a participar en la discusión por sus propias reivindicaciones y por modificaciones reales de la situación en la que se encuentran”.

Luego fue el turno de Cesar Torres, quien primero agradeció la invitación para ser parte del panel y destacó la labor de los organizadores del evento. Tras ello, convocó a reflexionar sobre la idea de “los deseos que están presentes por ausencia”, y reflexionó: “La humanización está presente en el sistema penal por ausencia, o sea se nota porque no está”.

A su turno, Leonel Peña Solano realizó una introducción del concepto: “Cuando nos acercamos a la idea de la justicia restaurativa nos aparecen múltiples escenarios. Podemos observar la justicia restaurativa desde los ámbitos prácticos de la sociedad, la podemos observar, con cierto déficit, desde los discursos académicos, se puede observar en ciertas prácticas judiciales y sin duda alguna está presente en la actividad que se realiza desde el Ministerio Público, desde las defensorías del Pueblo y en general desde ejercicios de la Defensoría Pública”.

Desde este marco, señaló: “Cuando se nos llama a hablar de la justicia restaurativa y del derecho penal en mi opinión estamos hablando de extremos naturales, quien habla de un derecho penal restaurativo haciendo alusiones de ellos desde el poder punitivo está completamente perdido en cuanto a los escenarios de discusión de lo restaurativo”, y concluyó: “Sin embargo, quien entiende lo restaurativo como un elemento paralelo, complementario y de interacción con el derecho penal, tiene unos caminos muy interesantes para desarrollar ejercicios valiosos para el saber y para lo institucional”. 

Por último, y dando cierre al primer panel de expositores de la tarde, Eugenio Zaffaroni hizo uso de la palabra y aseguró que “hay una cantidad de conflictos que podrían resolverse con justicia restaurativa”, y explicó: “La pena en la sociedad canaliza venganza y la venganza no la vamos a poder hacer desaparecer de nuestra civilización, está vinculada al concepto de tiempo que nosotros tenemos y no soy abolicionista en este sentido, pero la venganza generalmente es canalizada a través de los casos patibularios”.

Finalmente, consideró que se debería reducir el ejercicio del poder punitivo y aumentar la justicia restaurativa hasta donde permita “esa pulsión vindicativa que existe en toda sociedad ante determinados hechos patibularios”.

La segunda mesa en abordar el eje de discusión propuesto estuvo compuesta por la presidenta de la Asociación Latinoamericana de Magistrados, Funcionarios, Profesionales y Operadores de Niñez, Adolescencia y Familia, María Fontemachi; el secretario Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, Gabriel Lerner, la académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Daniela Bolivar, y el coordinador del Sistema de Responsabilidad Penal para Adolescentes de Bogotá, Iván Torres. El panel fue coordinado por el referente del Instituto de Mediación y Arbitraje de Brasil y Portugal, Juan Carlos Vezzulla.

La primera en hacer uso de la palabra fue María Fontemachi, quien expresó que “el abordaje de la problemática penal en niñas, niños y adolescentes es uno de los temas que más nos preocupa. Unicef nos dice que debemos tratar de erradicar la violencia desde el sistema penal y para ello debemos priorizar la educación y erradicar la desigualdad comprendiendo que los adolescentes están inmersos en un conflicto social”.

En este sentido, continuó: “Necesitamos trabajar en enfoques interdisciplinarios, no solo es importante el encuadre del delito sino saber cuál es el entorno”, y enfatizó en que “la justicia restaurativa brinda la posibilidad de un proceso sanador no solo a nivel penal sino en todos los ámbitos”, y culminó: “La privación de la libertad debe ser la última instancia”.

A su turno, Gabriel Lerner explicó que “la justicia restaurativa no es solo un tema del poder judicial o del poder legislativo, los ejecutivos deben integrarse mediante políticas públicas, avanzando más allá de la burocracia penal”, y añadió: “Concebimos a la justicia restaurativa como un instrumento que puede realizar un abordaje a los conflictos de adolescentes con mejores resultados que los tradicionales”.

Como cierre de su ponencia, Lerner remarcó que “pese al marco normativo vigente que permitiría mayor punitivismo, entendemos que debemos fortalecer la actuación desde distintas instituciones y organizaciones sociales para generar mejores escenarios en la aplicación de la justicia restaurativa”.

Por su parte, Daniela Bolivar habló sobre la experiencia en Chile e indicó que “parte de un contexto de diversas dificultades en cuánto a la normativa, por el diseño de la ley de responsabilidad penal adolecente”, y profundizó: “Desde el año 2016 se están llevando a cabo distintas experiencias para llegar a la aplicación de justicia restaurativa partiendo de un proyecto piloto de mediación penal y un proyecto de ley para crear un nuevo organismo de reinserción social”.

En este camino, señaló que “hacer justicia restaurativa en Chile es posible mediante la organización entre las autoridades mediante la formación de equipos de coordinación”, y sentenció que se “trata de un desafío de llevar la academia a la práctica dando identidad a la justicia restaurativa en un contexto de desigualdad e injusticia social”.

El último expositor, y quien dio cierre a la jornada fue Iván Torres y habló de la experiencia de Colombia donde “existe un volumen alto de adolescentes que cometen delitos con sanciones tradicionales como la privación de la libertad y la libertad asistida”, y agregó: “Cómo respuesta en el año 2016 se creó un programa de justicia juvenil restaurativa con aplicación del principio de oportunidad, mediante la suspensión del procedimiento a prueba como un modo de acceso a la justicia restaurativa”.

Para concluir, compartió una experiencia reciente: “Actualmente estamos comenzando una estrategia de atención a víctimas/ofensores vinculados a delitos contra la libertad, integridad y formación sexual, mediante una ruta de atención que contempla la asignación de profesionales, sicólogos, trabajadores sociales y artistas que realizan una valoración inicial del esquema víctima/ofensor para lograr un encuentro consensuado”.