30/10/2018

Concluyó una nueva edición del ciclo de Cine Debate organizado por la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, el Cine Club Santa Fe y la Asociación Trabajadores del Estado de Santa Fe

El cierre se realizó con el filme "Una flor para las tumbas sin nombre", del realizador santafesino Daniel Hechim, quien estuvo presente junto con su productora ejecutiva María Eugenia Bertone.

El cierre se realizó con el filme "Una flor para las tumbas sin nombre", del realizador santafesino Daniel Hechim, quien estuvo presente junto con su productora ejecutiva María Eugenia Bertone.

            Ambos compartieron detalles de la realización del film, los vínculos con los habitantes de Melincué y de la escuela secundaria, dando cuenta de cómo la memoria es una tarea colectiva, donde cada testimonio va aportando un retazo de la historia.

En representación de la agrupación HIJOS (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) participó como moderadora Valeria Silva, quien brindó sus opiniones sobre la película, en la que se cuenta la recuperación de la identidad de dos militantes políticos asesinados en 1976. En ese sentido, destacó las intervenciones de HIJOS en situaciones similares, donde las fuerzas represivas replicaron modos de operar comunes a infinidad de operativos.

            El ciclo se inició el 2 de octubre pasado con la proyección del filme "Una mujer fantástica", del director chileno Sebastián Lelio, con la moderación posterior de Patricia Xiomara Emanuele y continuó con la película "La familia Belier", del francés Eric Lartigau, que narra la historia de una familia de sordos en cuyo seno nació una chica que escucha y por esa razón era una suerte de nexo con el resto de la sociedad, situación que la condicionaba.

            Como moderadoras participaron integrantes de la Asociación Kairós – María Paula Peloso, Laura Milessi y también la docente de la carrera de Trabajo Social de UNL Indiana Vallejos.

            En las tres funciones, realizadas en el auditorio de ATE Santa Fe, estuvieron presentes intérpretes de lengua de señas, ya que dentro del público había personas sordas.

            En el caso de La familia Belier, la presencia de dichos intérpretes permitió que participen activamente del debate, compartiendo realidades de la población sorda en Santa Fe que terminaron siendo una especie de interpelación sobre lo que falta recorrer en el camino de la inclusión.

            Como en cada encuentro quedó ratificada la experiencia audiovisual que significa el cine ya que compromete el sentir, el pensar y requiere una presencia activa y colectiva, que luego se enriquece con el intercambio de opiniones y registro entre los presentes.