12/06/2009

La Defensoría del Pueblo en el Primer Encuentro sobre Abuso, Trata y Tráfico en Infancia, Adolescencia y Juventud Preparatorio del Congreso Internacional “200 años después”

Realizado el jueves último en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario, del acto inaugural participó la defensora del pueblo a/c, adjunta zona norte, T.O. Liliana Loyola, quien compartió el acto de apertura con el vicerrector de la UNR, Eduardo Seminara;  Lucía Alberti, presidenta de la ANUA y Mónica De Felipe, de la Dirección General de Cultura del Honorable Senado de la Nación.

La importancia de estas actividades preparatorias radica en que constituyen el sostén esencial del Congreso Internacional para el 2010 (200 años después), en el marco de las actividades del bicentenario. Dichos encuentros se realizarán en Rosario, Tucumán, Mendoza, Buenos Aires y Cipoletti y la riqueza de estos aportes serán fundamentales para brindar un amplio panorama de lo que está sucediendo en nuestro país. El conocimiento de lo que está sucediendo, el cuidado de la infancia, la internalización  de la responsabilidad adulta es necesaria y obligatoria. “Poner énfasis en los derechos de la infancia, la adolescencia y juventud. Debemos recuperar el sentido jurídico del sujeto de derecho y el  sentido humanístico del pleno reconocimiento de los derechos humanos de todas las personas, sin ningún tipo de distinción”, fue el objetivo explicado por Carlos Lorenzo, coordinador general del encuentro.  Durante la presentación,  Seminara dijo que “es un compromiso tratar de instalar en la universidad y en la sociedad en la que se encuentra inserta la problemática de los derechos humanos”. Y agregó: “Creemos que no hay posibilidad de pensar en una sociedad mejor sin un respeto a cada una de las etapas de la vida de los seres humanos, niños y adolescentes tienen que estar para  formarse como ciudadanos y no para trabajar en condiciones inhumanas”. Asimismo, el vicerrector destacó la importancia de fortalecer esta temática que “todavía no tiene un carácter institucional, pero esperamos dejar instalada la Cátedra de Derechos Humanos antes que termine nuestro mandato”. Por su parte, De Felipe manifestó que  “creemos necesario federalizar la problemática a través de estos encuentros que permitan el abordaje del tema en base a novedades actuales en relación a la diversidad cultural de cada región”, remarcando la importancia de esta actividad  ya que los resultados servirán de “aportes para desactivar este mal instalado convocando a trabajar activamente a todas las ciudades”.  “Nuestra responsabilidad como actores sociales es desentramar, volver visible lo invisible, para erradicar el tráfico, el abuso, la violencia y el maltrato de adultos, niños y adolescentes”, expresó Alberti.El discurso de la Defensora del Pueblo a/c, adjunta zona norte, Liliana Loyola fue el siguiente: Antes de encarar específicamente el tema, creo conveniente traer a colación y señalar lo acontecido en los últimos días en Rosario: el descubrimiento y desmantelamiento de una red de tráfico de bebés, con conexiones en el norte del país. Si bien esto no está tipificado como Trata personas, constituye comercio de seres humanos y violación a  uno de sus derechos más elementales como es el de la identidad. Este delito tiene, además, otro común denominador con la Trata -que lo hace tan perverso, temible y poderoso- : es la existencia de redes mafiosas. Específicamente diremos que el crecimiento y desarrollo del delito de Trata de Personas en el país, en la provincia - afectando en más del 90 por ciento de los casos a las mujeres como víctimas  - nos interroga sobre la coherencia entre la corrección política de nuestro discurso, la legitimación de las declaraciones de igualdad y equidad y los dispositivos de asistencia y protección creados al servicio de los seres vulnerados. En el foro de las Naciones Unidas reunido en Viena en febrero de este año se señala que cada año hay 2,5 millones de víctimas de Trata, la mayoría de ellas tiene entre 18 y 24 años, y 1,2 millones son menores. El 95 % de las víctimas sufre violencia física o sexual y el 43 %,- en su gran mayoría mujeres- es forzado a la prostitución. En nuestro país,  500.000 personas son sometidas a esclavitud. Finalmente 500 están desaparecidas. Desaparecidas en democracia son Marita Verón. Fernanda Aguirre. Florencia Penachi y otras más. No están con nosotras. Conviene siempre recordar –para que nos interpele una y otra vez-  de qué hablamos cuando hablamos de Trata de Personas. Es un delito. Es un crimen. Es comercio de personas. Venta de personas para su  explotación. Es una gravísima violación a los derechos humanos. A la libertad. A la identidad. A la dignidad. Sometimiento mediante amenazas, torturas y golpes. Una actividad ilegal, ciertamente muy lucrativa, pero tan deshumanizante como la guerra. Tanto aún como el narcotráfico. En la Trata de Personas la relación entre victimario y  víctima necesita, por las características propias de ese comercio, ser directa y constante. Dije comercio porque de eso se trata: de comerciar seres humanos, una mercancía valiosa y redituable que, sin embargo, hay que aislar y mantener. Además, hay que doblegar. Entonces entra otro elemento necesario e indispensable: la violencia. Hasta que se quiebra la voluntad de las víctimas - a quienes se arrancó por la fuerza de sus ámbitos naturales y se las alejó deliberadamente de todos los diques de protección y contención que hubiere podido tener- se les aplican maltratos y castigos inenarrables. Y, finalmente, cuando esa mercadería se ha deteriorado y ya no está en condiciones de producir dividendos o no es demandada, se torna necesario desecharla. El círculo se cierra de la única manera que podría ser teniendo en cuenta que había comenzado con la fuerza. Se cierra con muerte. Ahora tengamos en cuenta que este circuito comercial, que genera  mucho más de 30 mil millones de dólares al año, en manos de redes mafiosas, en el que se vende sexo en todas sus variantes, donde la oferta responde a  permanentes demandas, porque para ello se raptan mujeres, tiene como mercadería a niñas cada vez más jóvenes. Niñas a las que se secuestra con impunidad, se explota con impunidad, se mata con impunidad. Y cada mujer que muere deberá ser reemplazada por otra más joven para que no se rompa la cadena de abastecimiento y no resienta la oferta. Este circuito financiero tan enorme, financia campañas, empresas, inversiones. Es decir, se blanquea de diferentes modos. Para que esto sea posible se requiere de complicidad vertical. Es decir, de una complicidad que desciende. Desde autoridades hasta los propios vecinos de las víctimas. Esa complicidad siempre es activa: dejar de hacer, dejar hacer y desproteger a las víctimas. Un funcionario con responsabilidad deja de hacer cuando no toma en serio las denuncias, no investiga, no se involucra en los casos, estigmatiza a las víctimas, a su entorno o su familia. Es decir se es cómplice por acción u omisión. Si deja de hacer eso a lo que está obligado, es por que deja hacer a quienes frente a la inacción perciben rápidamente una especie de “zona liberada”. La fuerza, el poder de estas mafias, los tratantes de personas  está en ésas conductas desaprensivas de quienes deberían impedirle actuar y en cambio los dejan hacer. Esto es, raptar mujeres, venderlas, llevarlas a otros lados, explotarlas, prostituirlas mientras son jóvenes, y luego deshacerse de cualquier forma. De este modo, el Estado dejando de hacer y dejando hacer, desprotege a las víctimas sellando sus suertes. De modo que cuando una niña cae en las redes de los tratantes, si no hay reacción de quienes deben rescatarlas, estará perdida para siempre. ¿No es acaso como sentenciarla? ¿No nos hace eso cómplices?  Esto que digo nos alcanza también, aunque en grado diferente, a la totalidad de la sociedad. La imprecisa frontera entre impunidad, hipocresía, prejuicios,  falta de compromiso, desconocimiento, nos hace cómplices. A todos y cada uno de nosotros en nuestra calidad de vecinos comunes que, como tales, somos testigos potenciales de algún caso de secuestro, rapto o desaparición de personas o, lisa y llanamente, de su explotación.  Para que no queden dudas de lo que estoy diciendo cito este ejemplo: todos conocemos la existencia de las denominados whiskerías, sitios que muchas veces gozan de autorización municipal o comunal para funcionar como tales. Casi nadie ignora que en esos lugares, detrás de esas fachadas funcionan prostíbulos – dicho sea de paso prostíbulos que están prohibidos desde el 1937- En esos lugares han sido encontradas la mayoría de las jóvenes, niñas y adolescente que estaban esclavizadas. No se denuncia. No se señala. Callamos, preferimos no ver.   Exclusión, expulsión, violencia, frente a la quimera de salir rápidamente de ello con la promesa de algo mejor. Este es el principal resquicio por el que los tratantes consiguen convencer a las jóvenes y adolescentes de que abandonen el hogar prometiéndole que serán modelos famosas y ricas en otros lados o simplemente que tendrán un trabajo bien remunerado con el que  podrán ayudar en sus hogares.  Por eso es que, aunque hoy la Trata de Personas puede victimizar a una hija de un hogar de clase alta o media sin distingo alguno, todavía es un flagelo asociado a la pobreza. Desde hace algunos años comenzamos a advertir en nuestro Centro de Asistencia a la Víctima que se sucedían las denuncias de muchas madres. Desesperadas, llegaban a decirnos que no sabían el paradero de sus hijas, que temían que hubiesen sido raptadas o seducidas por algún amigo -con quien se mandaban mensajes de texto a un celular que él mismo, quien generalmente termina siendo el entregador le había reglado-. Junto a esa preocupación también esas madres se nos quejan de que en la policía no les quieren tomar la denuncia aduciendo que las muchachas siempre escapan con los novios y cuando se cansan vuelven por sus propios medios.  Frente a esto, comenzamos a interiorizarnos, a estudiar la Trata de Personas. A conocer sus oscuridades tremendas. Nos propusimos hacer visible lo invisible. Comprendimos que la urgencia era saber y actuar frente a este delito. Tomamos entonces como propio -desde hace tres años aproximadamente,- el flagelo que significaba el delito de trata de personas.  La tarea de sensibilización durante el año 2007no llevó a organizar la Primera Jornada sobre Trata de Personas, a la que denominamos “la esclavitud del nuevo siglo”, y una sucesión de charlas y talleres en instituciones barriales y escuelas, que continuaría en el mismo sentido durante el transcurso del 2008. - En octubre del mismo año se llevó a cabo la Segunda Jornada de Sensibilización y Concientización “Trata de Personas. Esclavitud del Nuevo Siglo” en la ciudad de Reconquista.- También el año pasado -en una labor conjunta entre la Defensoría del Pueblo, Cine Club Santa Fe y ATE- se puso en marcha el ciclo de Cine- Debate denominado “Voces Inocentes”, destinado a Adolescentes y Jóvenes, cuyo objetivo fue sensibilizar a este sector de la comunidad sobre trata de personas. En una jornada de capacitación sobre trata de personas organizado por el Foro de Infancia de la ciudad de Santa Fe, a fines de 2008, disertaron profesionales del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría.- En el marco de la celebración del Día de la Mujer, en marzo de 2009, se realizó la Tercera Jornada Provincial sobre Trata de Personas. Integrantes de los Poderes: Judicial, Ejecutivo y Legislativo, invitados por la Defensoría  dieron a conocer, en la ocasión, las acciones y políticas públicas desarrolladas en su respectivos ámbitos para prevenir y combatir este delito.La Defensoría desde su Centro de Asistencia a la Víctima prosigue con la tarea de sensibilización en los diferentes barrios de la ciudad de Santa Fe y localidades cercanas, entre las que podemos mencionar: San Javier, Coronda, Santo Tomé y Llambi Campbell. Se realizan talleres destinados a Instituciones barriales y escuelas de zonas vulnerables, o en las que los directivos y docentes han considerado conveniente encarar el tema, a raíz de situaciones que podrían derivar en casos de trata de personas. Hemos asistido a víctimas de este delito. Tal caso de las chicas de San Javier rescatadas el año pasado, y de Coronda este año. Con la idea de encarar en un futuro cercano trabajos conjuntos, capacitamos a voluntarios de Cáritas, y de la Pastoral de la Infancia. A mediados de 2008 se publicó una cartilla informativa sobre Trata de Personas, en la cual se explicitan el rol de la Defensoría del Pueblo, como organismo  difusor y protector de los derechos humanos, los conceptos básicos acerca de este delito, los modos de prevenir y actuar ante un caso concreto de desaparición y direcciones y teléfonos útiles donde recurrir. Este material informativo fue masivamente distribuido en cada una de las jornadas y reuniones mencionadas. El año pasado llevamos a cabo una capacitación con invitación a la Secretaría de DDHH, Ministerio de Desarrollo Social, Inadi, y Ministerio de Seguridad, en especial a la Policía de la Provincia a fin de poder elaborar un Protocolo de actuación para coordinar acciones conjuntamente y sin superposiciones de roles que dificulten la labor de los mismos, y redunden en beneficio de las víctimas o posibles víctimas de este delito.Para finalizar quiero hacer referencia a la sanción de la ley 12.967 de Protección Integral a los derechos del niño, niña y adolescente, en consonancia con la ley nacional 26061 y convenciones internacionales suscriptas por nuestro país al respecto. Espero, fervientemente, que esta ley tenga como correlato políticas públicas que la sustenten, presupuesto acorde y no se convierta como tantas otras en una mera declaración de principios. Muchas gracias