21/04/2021

“La red ha fortalecido a las mujeres en el momento en que lo que se hace con las manos es valorado, comprado y querido por mucha gente”, afirmó Liliana Martínez de la Red Puna

Lo hizo en el marco de su exposición en un nuevo encuentro del ciclo de Economía Social y Solidaria que lleva adelante la defensoría del Pueblo. La Red Puna es una organización de productoras y campesinas de pueblos originarios de la Puna jujeña y la Quebrada de Humahuaca.   

La Defensoría del Pueblo de Santa Fe realizó este martes la cuarta jornada del ciclo “Miradas desde la Economía Social y Solidaria en la lucha contra el Hambre”, experiencias de agricultura familiar, urbana y agroecológicas desde las perspectivas de las prácticas restaurativas, que tuvo como protagonista a la Red Puna del Noroeste argentino que nuclea a organizaciones de productoras y campesinas de la Puna jujeña y la Quebrada de Humahuaca.  

En el inicio, el defensor Adjunto de la Defensoría del Pueblo, zona sur, Gabriel Savino, expresó: “todos sabemos que la Economía Social y Solidaria se encuentra desde hace algunos años en la agenda global, y también que interpela a todo el sistema económico imperante; es por ello que estas jornadas no hacen más que canalizar todas estas gestiones de iniciativas sociales y visibilizar estas experiencias y que sirvan de disparadores hacia una verdadera en la gestión de políticas públicas”. 

A continuación, Liliana Martínez, de la Red Puna, afirmó que “son 120 las mujeres que están organizadas en esta experiencia colectiva de comercialización. A veces es necesario ir más despacio pero no perder de vista todos los objetivos que tenemos, que no son solo de producción y comercialización, sino que también hacemos, por ejemplo, talleres de reflexión de género”. 

“Todas han mejorado el ingreso económico y ha sido muy significativo a través de la artesanía. Les ha permitido mejorar muchas cosas de su vida familiar y ha significado un fortalecimiento de ellas como mujeres en el momento en que lo que uno hace con las manos es valorado, comprado y querido por mucha gente. Se valoriza a cada uno de sus integrantes porque no sólo se valora un producto que es culturalmente buscado sino porque es una actividad hecha por mujeres”, subrayó. 

En cuanto a la red propiamente dicha, Martínez contó que tiene 25 años de existencia y que comenzó cuando “empezamos a cuestionarnos un grupo de mujeres el tema de las relaciones de género, o sea, qué está pasando un una organización social. Nuestro paraguas político es la soberanía alimentaria, pero dentro de la soberanía alimentaria hay otros componentes y uno tiene que ver con la identidad de género. Empezamos a ver que hay una relación entre varones y mujeres de total inequidad”. 

Martínez continuó diciendo que “se comercializa toda la producción campesina de la Quebrada y la Puna. Hay un equipo que está con el procesamiento de la carne de llama, y también promovemos la cría de llama, en detrimento de la oveja, y con el paso del tiempo se empezó a trabajar en la cadena de valor de la carne, y con el tema de la fibra de llama con las artesanías. También hay equipos que trabajan la miel, la quinua, los papines, etc.”

Luego contó que la red se construyó en la medida de las necesidades de las organizaciones que fueron conformándola, y que existe una organización territorial en cinco zonas, con representantes en cada zona, y otra por equipos de trabajo con temas como formación política, comunicación, territorio, entre otros. “La dimensión económica apareció cuando nos dimos cuenta de que había un montón de mujeres que sabían hilar, tejer o teñir porque es un saber ancestral que se viene trasmitiendo de generación en generación, pero que muchas de ellas lo había dejado de hacer porque no tenían dónde venderlo o las distancias son muy grandes, los costos y riesgos igual. Entonces empezamos a buscar ayuda y financiamiento”, relató.  

Por último, sostuvo que “estamos constantemente priorizando la apropiación del proyecto; este proyecto es de todas, todas tenemos que discutir el precio y qué es lo que vamos a hacer. De manera regular nos reunimos todas las representantes para ver los temas, como por ejemplo la identidad de la artesanía, que cosas no se negocian y qué cosas sí en pos de la venta y la necesidad económica, y también otras cosas operativas como ir a Buenos Aires dos o tres veces al año”. 

María Guadalupe, la otra integrante de la Red Puna que acompañó a Liliana, agregó por su parte que “el objetivo más grande es que cada una de las mujeres que sabemos tejer o hacemos otras cosas, pueda poner en valor justo lo que se produce”, y que para eso se hacen distintas estrategias. Después, al referirse a los productos utilizados, María dijo que “en nuestro trabajo, usamos los productos más naturales posible, evitando lo artificial porque también hace mal a la salud. Siempre estamos tratando de cuidar el medio ambiente y la salud nuestra”. 

Por su parte, Julio Lozeco, docente de la universidad Nacional del Litoral, afirmó que esta experiencia “nos introduce en nuestra Argentina profunda y nos saca esta mirada regionalista de pensar que los problemas del país los podemos resolver desde un solo lugar, y poder conocer también cómo otras organizaciones, entidades económicas, grupos, buscan dar respuestas a las mismas problemáticas que nos venimos preguntando desde que iniciamos el ciclo”. 

Patricia Zapata, integrante de la Casa de la Pax Cultura, que también estuvo presente junto a Cina Citera, reflexionó acerca de la experiencia de la Red punta y rescató el hecho de “priorizar la identidad, la construcción de lo comunitario, la transparencia, el reconocimiento del otro, la valoración de las mujeres, el respeto a los tiempos propios, el fortalecimiento de las mujeres, el transformarse en activas, el visibilizar la actividad, el tema del precio justo, la consulta y la cooperación, el ida y vuelta en la construcción colectiva, un ida y vuelta que necesita la escucha, la alianza con otras organizaciones. Cuando contribuimos al bienestar de todos brota en nosotros una alegría interna. Si tenemos claro en qué mundo queremos vivir tenemos que vivir de esa manera”. 

En el encuentro de este martes también estuvieron presentes el defensor del Pueblo de la provincia de Santa Fe, Raúl Lamberto, y el defensor del Pueblo Adjunto por la zona centro - norte, Jorge Henn. 

Sobre la Red Puna

La Red Puna es una organización compuesta por 25 organizaciones aborígenes y campesinas de la Puna y Quebradas Jujeñas, que nuclea a más de 1200 familias de 70 comunidades rurales, donde participan mujeres, hombres, niños y jóvenes.

La Red ha nacido por un producto de la disminución significativa de la demanda de mano de obra por cierre de las mineras y la mecanización de la cosecha de caña, acompañada por los altos índices de desempleo a nivel nacional. Esta situación contribuyó a que muchos de los trabajadores golondrina retornaran a las comunidades de origen recomponiendo los vínculos cotidianos, además de recuperar los sistemas productivos, y para lo cual se crearon distintos programas, planes y proyectos a través de organizaciones de la sociedad civil. 

En la actualidad, funciona en áreas de trabajo: producción y comercialización, comunicación, jóvenes, género y formación. A su vez, y debido a la escala de la red, existe un ámbito de encuentro y discusión colectiva como es la Asamblea Ampliada, la cual permite sostener y profundizar los vínculos entre el conjunto de los integrantes, tanto personas como organizaciones. 

Para ver los productos que realizan desde la Red Punta, se puede ingresar en https://artesaniasredpuna.com.ar/